La ONG ambientalista Provita, en colaboración con el Instituto Smithsoniano, da un giro a esta nueva temporada reproductiva del Cardenalito 2024 al implementar un nuevo plan de manejo poblacional. Esta nueva estratégia tiene como objetivo “emparejar” a los ejemplares más adecuados, a fin de mantener la variabilidad genética y aumentar el éxito reproductivo de la especie. Todo esto con miras a una futura reintroducción de la especie en su hábitat natural.
El Cardenalito de Venezuela es una pequeña ave neotropical, nativa de las montañas del norte del país. Actualmente, se encuentra clasificada como En Peligro Crítico en Venezuela y sus principales amenazas incluyen la captura para el comercio ilegal de mascotas y la pérdida de hábitat debido a la expansión agrícola y urbana.
Ante esta delicada situación, en 2015 se estableció un plan de acción para su conservación, dando entrada a la “Iniciativa Cardenalito”, un esfuerzo colaborativo entre individuos, instituciones y comunidades nacionales e internacionales y liderado en Venezuela por Provita. Este plan abarca cinco pilares esenciales, entre los que destaca el eje “Rescatando, criando y reintroduciendo más cardenalitos.”
Con el objetivo de establecer una población ex situ con fines de conservación , en el 2019 se inauguró el primer Centro de Conservación del Cardenalito de Venezuela (CCCV), en las instalaciones del Zoológico Leslie Pantin en Aragua, Venezuela. Dado el alto riesgo que enfrenta la especie, es fundamental contar con una población como seguro ante una posible extinción, y que permita su reproducción y futura reintroducción.
En el CCCV se rescatan y reproducen aves que han sido decomisadas del tráfico ilegal por el Ministerio de Ecosocialismo, o que han sido cedidas voluntariamente por criadores sensibilizados. Desde entonces, 40 aves han encontrado refugio en estas instalaciones.
Luego de dos temporadas exitosas de cría, en vista del aumento de la población en el CCCV, surge la necesidad de implementar un plan de manejo poblacional que permita optimizar las prácticas en el centro. En este sentido, se realizaron rigurosos análisis genéticos y demográficos a fin de seleccionar las parejas idóneas para la próxima temporada reproductiva.
El manejo cuidadoso de nuestros cardenalitos se lleva a cabo gracias a la base de datos de genealogía, gestionada por el Smithsonian’s National Zoo & Conservation Biology Institute (NZCBI), recopilando datos como origen, sexo, edad y parentesco. Esto garantiza que las parejas reproductoras seleccionadas contribuyan a mantener una diversidad genética alta y consanguinidad baja en la población. Con las nuevas parejas conformadas y listas para la temporada de cría de este año, celebramos un nuevo paso en el viaje hacia un futuro seguro para el Cardenalito de Venezuela.